lunes, 30 de septiembre de 2013



Teoría del Fordismo


El concepto de fordismo describe un modo de regulación especifica de los Estados nacionales centrales que ayudó a muchos países a la estabilización de los regímenes de acumulación entre los años 1945 y 1970/80. El centro estaba puesto en la producción masiva para atender la demanda masiva. El keynesianismo fue la política económica dominante.
La derrota del fascismo y el ascenso de la Unión Soviética y la crisis de legitimación del capitalismo crearon las condiciones, después de la segunda guerra mundial, para un amplio proyecto de reforma en el que el ingreso salarial fue una forma estructural determinada. Los contratos colectivos de trabajo y una amplia gama de derechos laborales y sociales regularon las relaciones de trabajo. La acumulación alcanzó un considerable espacio nacional porque la producción y el consumo nacional llegaron a ser determinantes. El crecimiento fue alcanzado mediante la intensividad. El aumento de la productividad fue significativo con la incorporación de la cadena de producción y otras innovaciones tecnológicas. Esto significó un fortalecimiento positivo del ciclo de la producción masiva que conducía al consumo masivo. Esto debía impedir las crisis temporales como en el periodo de entreguerras. Sirve como ejemplo al respecto los cambios introducidos en la industria automotriz por lo que ese modo de regulación se llamó también fordismo. La vida en conjunto, desde la organización de las áreas de vivienda y las fábricas, hasta la zonificación de las ciudades se organizó de acuerdo a esas normas estandarizadas de producción y de consumo.
El mercado de trabajo es un mercado jerárquico porque las fuerzas de trabajo se someten al tiempo de los empresarios. En el fordismo emergió la fuerza 
de los sindicatos, los que a través de la mediación del Estado lograron derechos sociales que les permitieron mejorar el trato desigual que hasta entonces conseguían los trabajadores en forma individual por parte de los empresarios individuales: Indemnización por despidos, vacaciones y pensiones pasaron a ser derechos universales de los trabajadores, de tal suerte que condujeron a la clase trabajadora en su conjunto a una mejor posición frente al capital. Así comenzó en el siglo XX una transformación que convirtió a los proletarios sin derechos en ciudadanos, no sólo en Europa y USA, sino también en zonas limitadas social y espacialmente de la periferia. De tal manera que el Estado de bienestar con su clase trabajadora y los derechos sociales y laborales hicieron posible que, en el fordismo, las desigualdades existentes entre las clases fueran atenuadas. Durante el fordismo surgió una amplia clase media que caracterizó política y económicamente largas décadas y significó un límite al predominio del capital.

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